El lugar que escogió para suicidarse el líder de la secta de Colliguay, Ramón Castillo alias "Antares de la luz", tiene un pasado tan macabro como el hecho que llevó a Castillo a huir del país.
"Antares de la luz" habría ordenado calcinar a una guagua de sólo dos días en noviembre pasado, por considerarlo el "anticristo". El niño, además, era su hijo.
Según la prensa local, la casa de base de piedra y dos pisos más de adobe donde se ahorcó Castillo desde una viga, era conocida como "la casa embrujada". Ubicada en calle Shapi 872, a cuatro cuadras de la Plaza de Armas, habría sido el escenario del asesinato a golpes de una mujer a manos de su marido u amante, hace unas cuatro décadas. Los vecinos dicen que ella penaría ahí.
"Se decía que se escuchaban cosas y se suponía que estaba embrujada. La casa aún es un misterio y en la cultura popular de la sociedad cusqueña hay muchas historias sobre ella", describió la fotógrafa Ángela Romero a RPP.
"Hubo una muerte que no fue esclarecida cuando estuvo en manos de la familia Román (...) y como decimos en Cusco, quedó con un mal espíritu, un mal presagio y la familia optó por abandonarla (...) están en sucesión intestada por la propiedad, no se ocupa", contó a RPP el alcalde de Cusco, Luis Flores García.
Como el asesino nunca fue capturado, los vecinos esichaban historias que señalaban que el hombre se paseaba por el lugar cuando había luna llena.
Desde entonces la casa sólo ha sido habitada por drogadictos, y tras el suicidio de Antares, se descubrieron inscripciones en las paredes, supuestamente escritas con sangre.
Como ésta fue la gota que rebasó el vaso, el alcalde dijo que se tapiará el acceso al lugar a para evitar que allí se junten delincuentes y drogadictos.
Según el edil, Castillo entró a Perú hace 10 días aproximadamente. Tras el alerta internacional, un llamado de un vecino a una radio alertó que "Antares" se encontraría en Ollantaytambo vendiendo artesanías. Tras ello, Castillo volvió al Cusco. Estaba sin la barba que lo hacía característico. Cuando lo hallaron muerto, vestía jeans, un gorro altiplánico y un impermeable gris.
La identidad de Castillo fue confirmado por medio de sus huellas dactilares y por un tatuaje que tenía en un brazo, sin embargo, queda pendiente que un test de ADN confirme por completo que se trata de él y que él era el padre del pequeño sacrificado. Una vez que ello esté listo, la causa en su contra será sobreseída, pero seguirá contra los otros siete detenidos.
Su cuerpo aún no ha sido reclamado.
Claudio Pérez, el abogado defensor de Natalia Guerra, la madre del niño asesinado, dijo que ahora teme que con la muerte de "Antares", "se endurezca la pena para mi representada", pese a que a su juicio, "fue gracias a mi defendida que se esclareció el hecho del sacrificio".
jueves, 2 de mayo de 2013
La historia de la casa donde se suicidó el líder de la secta de Colliguay
6:04 p.m.
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